* Esta síntesis ha sido traducida en colaboración con la Junta Nacional de Jardines Infantiles -JUNJI- Gobierno de Chile. * Este tema es producido en colaboración con el “Centre of Excellence for Child Welfare” –Centro de Excelencia para el bienestar del infante–. Al maltrato infantil se le clasifica generalmente en cuatro categorías fundamentales: el maltrato físico, el maltrato sexual, el maltrato emocional (incluyendo la exposición a la violencia doméstica) y la negligencia. En algunos casos, los efectos del maltrato se pueden constatar de inmediato. Entre el 7% y el 30% de los infantes que son víctimas del Síndrome del Niño Sacudido (SNS) muere, mientras que entre el 30% y 50% presenta serios déficits cognitivos o neurológicos, como disturbios conductuales, retraso en el desarrollo, déficits motores y visuales. Sin embargo, el impacto del maltrato no siempre es evidente en forma tan directa. La adversidad o los traumas de los primeros años pueden llevar a una serie de problemas, incluyendo la depresión, la agresión, el uso de sustancias, los problemas de salud y a una infelicidad general, años después de que el maltrato haya concluido. Al llegar a la edad adulta, las víctimas de maltrato muestran altas tasas de ansiedad y desórdenes de estrés post traumático, siendo más proclives a involucrarse en conductas criminales. El maltrato durante la infancia puede conducir a un apego inseguro con los cuidadores, que se transfiere a las futuras relaciones.
Los niños que son testigos de violencia doméstica corren el riesgo de sufrir problemas psicológicos, emocionales, conductuales y académicos. Exhiben problemas similares a los de pequeños que han sido víctimas de maltrato físico en carne propia. Los niños de familias abusivas están expuestos a formas mal adaptadas de comunicación y conducta emocional y tienen frente a sí pobres modelos de autorregulación adaptativa. Los mecanismos precisos que vinculan a la experiencia de maltrato con el desarrollo de estos problemas, son en su mayoría desconocidos. Los niños pueden ser más sensibles a ciertas emociones (por ej. la ira), en relación a otras emociones. Las investigaciones sobre los efectos del maltrato enfrentan un sinnúmero de desafíos. Los investigadores no coinciden en cuanto a la mejor forma para definir y medir el maltrato. También es difícil distinguir entre los efectos de diferentes formas de maltrato (a menudo propinado a los mismos niños) y entre los efectos del maltrato y los efectos de la pobreza asociada o bien otros factores medioambientales adversos asociados y los factores cotidianos de la vida. La predisposición genética puede ayudar a explicar por qué algunos niños son más resilientes al maltrato infantil que otros. Qué podemos hacer?* Esta síntesis ha sido traducida en colaboración con la Junta Nacional de Jardines Infantiles -JUNJI- Gobierno de Chile. * Este tema es producido en colaboración con el “Centre of Excellence for Child Welfare” –Centro de Excelencia para el bienestar del infante–. Los programas orientados a prevenir el maltrato infantil incrementan los factores positivos y reducen los factores de riesgo. Promueven el bienestar de los niños, de sus padres y familias, al prevenir muchos resultados negativos. Los siguientes programas se encuentran entre las estrategias de prevención más efectivas: -
Visitas perinatales a los hogares, realizadas por enfermeras. -
Cuidado de alta calidad para pequeños y programas preventivos de educación en la primera infancia. -
Educación pública, tales como campañas mediáticas para crear conciencia sobre temas determinados (por ej. el síndrome del bebé sacudido). -
Educación profesional, un mejor entrenamiento para identificar el maltrato y mejores herramientas de clasificación. -
Mejoras comunitarias, tales como las viviendas. La intervención tiene el potencial para ayudar tanto a los niños como a sus padres. Una identificación de SNS en un niño, puede reducir los costos individuales, médicos y sociales vinculados a esta forma temprana de riesgo de maltrato. Los profesionales de la salud pueden desempeñar un papel fundamental en la situación hogareña y en ayudar a los padres a identificar situaciones clave de riesgo, tales como un llanto excesivo. Las intervenciones orientadas a niños expuestos a violencia doméstica buscan ayudarles a encarar los factores de estrés asociados a una situación de ese tipo, y a reducir perturbaciones en la crianza de los hijos. Aunque se han detectado resultados positivos, es necesario señalar que no podemos extrapolar esos resultados a todas las situaciones. Por ejemplo, el programa de visitas de enfermeras a los hogares, ampliamente estudiado por David Old, ha demostrado ser efectivo para prevenir el maltrato infantil, pero no puede asumirse que otros programas de visitas a hogares vayan a ser igualmente efectivos, hasta que exista evidencia al respecto. Deben existir ciertas condiciones para que los efectos puedan repetirse, por ejemplo, hay evidencia que los programas pre escolares de prevención deben ser largos e intensivos, para que tengan impactos preventivos a corto y a largo plazo. En algunos casos, nuestros conocimientos sobre los plenos efectos de los programas, es limitado. Por ejemplo, los programas de educación sobre el maltrato sexual en niños, se asocian a un incremento de la divulgación del maltrato, pero no hay certeza respecto a si también ayudan a reducir la ocurrencia de los maltratos. Queda mucho trabajo por hacer si deseamos comprender y utilizar plenamente los efectos de los programas preventivos sobre maltrato infantil. Actualmente se requiere lograr consenso en cuanto a definiciones compartidas y en torno a temas éticos, para realizar una investigación seria sobre la prevención del maltrato infantil. También se deben examinar los programas en proceso y los resultados en diferentes contextos culturales, y ser más sensibles a los grupos étnicos y culturales. La prevención del maltrato infantil requiere la coordinación de esfuerzos en múltiples niveles: gobierno, el público, agencias, las instituciones encargadas del cumplimiento de las leyes, investigadores y quienes entregan servicios. En última instancia, los enfoques más efectivos para la prevención del maltrato infantil deberán atacar las causas de múltiples raíces del maltrato, tratando junto con la población general y a las poblaciones en riesgo y clínicas, los temas de pobreza, vivienda, empleo, escuelas, salud, y otros sistemas comunitarios, así como en el apoyo a los padres en la crianza de niños pequeños. | | | Prevención del maltrato infantil |
Desarrollo Síndrome del bebé sacudido Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 Reena Isaac & Carole Jenny El impacto del maltrato infantil en el desarrollo psicosocial de los niños pequeños Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 Seth Pollak El maltrato infantil y su impacto en el desarrollo psicosocial del niño Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 Sheree L. Toth & Dante Cicchetti El maltrato infantil y su impacto en la epidemiología del desarrollo psicosocial infantil Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 Nico Trocmé El maltrato infantil y su impacto en el desarrollo psicosocial. Comentarios de Pollak, Toth y Cicchetti, y Trocmé Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 R. Kim Oates Servicios Previniendo el maltrato infantil Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 Harriet L. MacMillan Servicios y programas comprobadamente efectivos para prevenir el maltrato infantil y su impacto en el desarrollo social y emocional de los niños pequeños (0-5) Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 David A. Wolfe La prevención del maltrato infantil y negligencia Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 John Eckenrode La prevención del maltrato infantil: Comentarios de Eckenrode, MacMillan y Wolfe Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 Geoffrey Nelson La prevención del maltrato infantil: Comentarios de Eckenrode, MacMillan y Wolfe Puesto en línea el 16 de febrero de 2010 John R. Lutzker Los niños testigos de la violencia Desarrollo y servicios La violencia doméstica y su impacto en el desarrollo social y emocional de los niños pequeños
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