martes, 29 de enero de 2013

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miércoles, 20 de abril de 2011

Prevención del Maltrato Infantil (maltrato/negligencia)



¿Por qué es importante?

Síntesis de los textos de expertos - Puesto en línea el 16 de febrero de 2010

* Esta síntesis ha sido traducida en colaboración con la Junta Nacional de Jardines Infantiles -JUNJI- Gobierno de Chile.

* Este tema es producido en colaboración con el “Centre of Excellence for Child Welfare” –Centro de Excelencia para el bienestar del infante–.

El maltrato infantil es un importante problema de salud pública, que afecta tanto a los niños como a la sociedad en su conjunto. Muchas personas lo consideran sinónimo de abuso físico o sexual, pero estos casos representan solamente el 24% y el 3% del total, respectivamente. Las formas más habituales de maltrato son la negligencia (30% de incidencia), la exposición a violencia doméstica (28%) y el maltrato emocional (15%). De acuerdo al Segundo Estudio Canadiense sobre Casos Reportados de Maltrato y Negligencia (CIS), entre 1998 y 2003, el maltrato infantil aumentó en un 125%, desde 9.64 casos comprobados por cada mil niños, a 21.71.1 Esto podría atribuirse a mejores procedimientos de información y de investigación. Se han realizado modificaciones en cuanto a la forma en que se fundamentan los casos, se identifican con mayor facilidad a hermanos victimizados y existe una mayor conciencia respecto al maltrato emocional y la exposición a la violencia doméstica.


¿Qué sabemos?

Síntesis de los textos de expertos - Puesto en línea el 16 de febrero de 2010

* Esta síntesis ha sido traducida en colaboración con la Junta Nacional de Jardines Infantiles -JUNJI- Gobierno de Chile.

* Este tema es producido en colaboración con el “Centre of Excellence for Child Welfare” –Centro de Excelencia para el bienestar del infante–.

Al maltrato infantil se le clasifica generalmente en cuatro categorías fundamentales: el maltrato físico, el maltrato sexual, el maltrato emocional (incluyendo la exposición a la violencia doméstica) y la negligencia.

En algunos casos, los efectos del maltrato se pueden constatar de inmediato. Entre el 7% y el 30% de los infantes que son víctimas del Síndrome del Niño Sacudido (SNS) muere, mientras que entre el 30% y 50% presenta serios déficits cognitivos o neurológicos, como disturbios conductuales, retraso en el desarrollo, déficits motores y visuales.

Sin embargo, el impacto del maltrato no siempre es evidente en forma tan directa. La adversidad o los traumas de los primeros años pueden llevar a una serie de problemas, incluyendo la depresión, la agresión, el uso de sustancias, los problemas de salud y a una infelicidad general, años después de que el maltrato haya concluido. Al llegar a la edad adulta, las víctimas de maltrato muestran altas tasas de ansiedad y desórdenes de estrés post traumático, siendo más proclives a involucrarse en conductas criminales. El maltrato durante la infancia puede conducir a un apego inseguro con los cuidadores, que se transfiere a las futuras relaciones.

Los niños que son testigos de violencia doméstica corren el riesgo de sufrir problemas psicológicos, emocionales, conductuales y académicos. Exhiben problemas similares a los de pequeños que han sido víctimas de maltrato físico en carne propia. Los niños de familias abusivas están expuestos a formas mal adaptadas de comunicación y conducta emocional y tienen frente a sí pobres modelos de autorregulación adaptativa.

Los mecanismos precisos que vinculan a la experiencia de maltrato con el desarrollo de estos problemas, son en su mayoría desconocidos. Los niños pueden ser más sensibles a ciertas emociones (por ej. la ira), en relación a otras emociones. Las investigaciones sobre los efectos del maltrato enfrentan un sinnúmero de desafíos. Los investigadores no coinciden en cuanto a la mejor forma para definir y medir el maltrato. También es difícil distinguir entre los efectos de diferentes formas de maltrato (a menudo propinado a los mismos niños) y entre los efectos del maltrato y los efectos de la pobreza asociada o bien otros factores medioambientales adversos asociados y los factores cotidianos de la vida. La predisposición genética puede ayudar a explicar por qué algunos niños son más resilientes al maltrato infantil que otros.

Qué podemos hacer?

* Esta síntesis ha sido traducida en colaboración con la Junta Nacional de Jardines Infantiles -JUNJI- Gobierno de Chile.

* Este tema es producido en colaboración con el “Centre of Excellence for Child Welfare” –Centro de Excelencia para el bienestar del infante–.

Los programas orientados a prevenir el maltrato infantil incrementan los factores positivos y reducen los factores de riesgo. Promueven el bienestar de los niños, de sus padres y familias, al prevenir muchos resultados negativos.

Los siguientes programas se encuentran entre las estrategias de prevención más efectivas:

  • Visitas perinatales a los hogares, realizadas por enfermeras.
  • Cuidado de alta calidad para pequeños y programas preventivos de educación en la primera infancia.
  • Educación pública, tales como campañas mediáticas para crear conciencia sobre temas determinados (por ej. el síndrome del bebé sacudido).
  • Educación profesional, un mejor entrenamiento para identificar el maltrato y mejores herramientas de clasificación.
  • Mejoras comunitarias, tales como las viviendas.

La intervención tiene el potencial para ayudar tanto a los niños como a sus padres. Una identificación de SNS en un niño, puede reducir los costos individuales, médicos y sociales vinculados a esta forma temprana de riesgo de maltrato. Los profesionales de la salud pueden desempeñar un papel fundamental en la situación hogareña y en ayudar a los padres a identificar situaciones clave de riesgo, tales como un llanto excesivo. Las intervenciones orientadas a niños expuestos a violencia doméstica buscan ayudarles a encarar los factores de estrés asociados a una situación de ese tipo, y a reducir perturbaciones en la crianza de los hijos.

Aunque se han detectado resultados positivos, es necesario señalar que no podemos extrapolar esos resultados a todas las situaciones. Por ejemplo, el programa de visitas de enfermeras a los hogares, ampliamente estudiado por David Old, ha demostrado ser efectivo para prevenir el maltrato infantil, pero no puede asumirse que otros programas de visitas a hogares vayan a ser igualmente efectivos, hasta que exista evidencia al respecto. Deben existir ciertas condiciones para que los efectos puedan repetirse, por ejemplo, hay evidencia que los programas pre escolares de prevención deben ser largos e intensivos, para que tengan impactos preventivos a corto y a largo plazo. En algunos casos, nuestros conocimientos sobre los plenos efectos de los programas, es limitado. Por ejemplo, los programas de educación sobre el maltrato sexual en niños, se asocian a un incremento de la divulgación del maltrato, pero no hay certeza respecto a si también ayudan a reducir la ocurrencia de los maltratos.

Queda mucho trabajo por hacer si deseamos comprender y utilizar plenamente los efectos de los programas preventivos sobre maltrato infantil. Actualmente se requiere lograr consenso en cuanto a definiciones compartidas y en torno a temas éticos, para realizar una investigación seria sobre la prevención del maltrato infantil. También se deben examinar los programas en proceso y los resultados en diferentes contextos culturales, y ser más sensibles a los grupos étnicos y culturales. La prevención del maltrato infantil requiere la coordinación de esfuerzos en múltiples niveles: gobierno, el público, agencias, las instituciones encargadas del cumplimiento de las leyes, investigadores y quienes entregan servicios.

En última instancia, los enfoques más efectivos para la prevención del maltrato infantil deberán atacar las causas de múltiples raíces del maltrato, tratando junto con la población general y a las poblaciones en riesgo y clínicas, los temas de pobreza, vivienda, empleo, escuelas, salud, y otros sistemas comunitarios, así como en el apoyo a los padres en la crianza de niños pequeños.

Según los expertos

Prevención del maltrato infantil

Desarrollo

Síndrome del bebé sacudido
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
Reena Isaac & Carole Jenny

El impacto del maltrato infantil en el desarrollo psicosocial de los niños pequeños
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
Seth Pollak

El maltrato infantil y su impacto en el desarrollo psicosocial del niño
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
Sheree L. Toth & Dante Cicchetti

El maltrato infantil y su impacto en la epidemiología del desarrollo psicosocial infantil
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
Nico Trocmé

El maltrato infantil y su impacto en el desarrollo psicosocial. Comentarios de Pollak, Toth y Cicchetti, y Trocmé
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
R. Kim Oates

Servicios

Previniendo el maltrato infantil
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
Harriet L. MacMillan

Servicios y programas comprobadamente efectivos para prevenir el maltrato infantil y su impacto en el desarrollo social y emocional de los niños pequeños (0-5)
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
David A. Wolfe

La prevención del maltrato infantil y negligencia
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
John Eckenrode

La prevención del maltrato infantil: Comentarios de Eckenrode, MacMillan y Wolfe
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
Geoffrey Nelson

La prevención del maltrato infantil: Comentarios de Eckenrode, MacMillan y Wolfe
Puesto en línea el 16 de febrero de 2010
John R. Lutzker


Los niños testigos de la violencia

Desarrollo y servicios

La violencia doméstica y su impacto en el desarrollo social y emocional de los niños pequeños

MALTRATO INFANTIL Y VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: UN PROBLEMA DE TODOS

Introducción

Al abordar el maltrato infantil nos vemos enfrentados a una serie de problemas. Por un lado, existe un desconocimiento de la verdadera magnitud del fenómeno debido a que no se cuenta con datos y que el tema, en muchos casos se remite a los espacios más íntimos de la convivencia familiar. Por otro, las tradiciones culturales e históricas repercuten en la forma con que cada sociedad afronta el problema. Por último, existen diversas opiniones en cuanto a su definición y clasificación, así como también a las consecuencias que el maltrato infantil pueda tener y su consecuente manejo terapéutico.

Estas son consideraciones que deben tenerse en cuenta para poder realizar un análisis integral sobre dicha problemática.

El artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que los países “tomarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas adecuadas para proteger al niño de toda forma de violencia física o mental, de traumatismos o de maltratos, de descuidos o tratamiento negligente, de maltrato o de explotación, en especial del abuso sexual, mientras se encuentre al cuidado de sus padres, del guardián legal o de cualquier otra persona que esté al cuidado del niño”.

A pesar de esto, el maltrato infantil es un problema escondido en muchos países, tanto desarrollados como en desarrollo. “En la región de América Latina y el Caribe, no menos de 6 millones de niñas, niños y adolescentes son objeto de agresiones severas y 80 mil mueren cada año por la violencia que se desata al interior del núcleo familiar”[1]. Cualquier niño sin discriminación de edad, sexo o condición socioeconómica puede ser víctima de maltrato infantil en cualquiera de sus formas.

2. Factores de riesgo para que se produzca una situación de maltrato

El maltrato infantil es un problema multicausal, determinado por múltiples fuerzas que actúan en el individuo, en la familia, en la comunidad y en la cultura donde éste se desenvuelve, impidiendo o dificultando su desarrollo integral.

“Son muchas las razones que inducen a creer que el maltrato y descuido de menores se tornará todavía más común a medida que los países hacen la transición de economías reglamentadas a economías de mercado más abiertas y con menos estructuras para el bienestar social. Debido a que el crecimiento urbano recarga los servicios médicos y sociales; debido a que las mujeres ingresan al mercado de trabajo cada vez en mayor número; y debido a que por diversas causas más familias se ven desplazadas de sus hogares y de su entorno cultural”[2]

Es importante, poder identificar cuales son las “condiciones adversas” en las que se producen este tipo de situaciones, de forma tal de lograr una correcta detección del problema. Para ello, hemos clasificado los factores de riesgo que pueden desembocar en un caso de maltrato en tres grandes grupos:

  • Factores individuales

  • Factores familiares

  • Factores socioculturales y ambientales

a. Factores individuales

Algunas características individuales de los propios niños y niñas pueden ser causantes de situaciones de maltrato infantil, como por ejemplo:

  • Embarazo no deseado

  • Niños prematuros

  • Niños con impedimentos físicos o psíquicos

  • Niños hiperactivos

También se pueden identificar, como factores de riesgo, características individuales de los padres, como ha de ser su personalidad, la experiencia o inexperiencia de estos en la crianza de niños, entre otros.

b. Factores familiares

Frente a situaciones de desequilibrio en el grupo familiar, muchas veces la primera víctima suele ser el niño.

Los factores de riesgo para que se produzca una situación de maltrato dentro de una familia están referidos tanto a la estructura de la misma como al funcionamiento y a la dinámica de esta.

En cuanto a las condicionantes de tipo estructural se encuentran: número de integrantes de la familia, familias monoparentales, padres adolescentes, entre otras.

Las malas relaciones y comunicación, la carencia de vínculos afectivos y la violencia familiar, son factores de riesgo relacionados con el funcionamiento de la propia familia.

Por último, la inexistencia de límites o reglas familiares y la relación marital, pueden influir de manera negativa en la dinámica familiar, contribuyendo a que se produzca una situación de maltrato infantil.

c. Factores socioculturales y ambientales

La cultura y las tradiciones de cada país también influyen en la concepción que se tenga sobre el maltrato infantil. Por ejemplo, las formas de crianza en distintas culturas nos demuestran que cosas que nosotros hacemos y nos parecen naturales, en otras sociedades están ausentes casi totalmente.

“Si el maltrato de los niños en nuestra sociedad, es parte de una cultura maltratante y una cultura maltratante está hecha de rutinas y de prácticas cotidianas que son percibidas como naturales, únicamente cambiando desde la vida cotidiana esas prácticas, podremos prevenir y cambiar la situación de un niño”.[3]

Existen aún, en muchos países ideas tales como que los hijos pertenecen a los padres y que ellos pueden decidir sobre su destino. La dependencia del niño respecto del adulto en nuestra sociedad es también un factor de riesgo. Problemas tales como una situación de desequilibrio en la familia, repercuten directamente en el niño, quien suele ser una de las primeras víctimas.

Entre los problemas ambientales y socioeconómicos que pueden actuar como factores de riesgo para que se produzca una situación de maltrato se encuentran:

  • Situación laboral: desempleo, inestabilidad laboral, excesiva carga horaria, entre otras.

  • Vivienda: hacinamiento, viviendas compartidas con otras familias, malas condiciones de habitabilidad, etc.

  • Necesidades básicas insatisfechas, problemas de marginalidad, entre otras.

En primer lugar, es preciso señalar que los factores de riesgo anteriormente señalados dan cuenta parcialmente del conjunto de “condiciones adversas” en las que se pueden generar situaciones de maltrato infantil.

En segundo lugar, en la mayoría de los casos en que se producen situaciones de maltrato se conjugan más de uno de estos factores.

Por último, para poder analizar la problemática y planificar toda acción a seguir, es necesario asumir su multicausalidad.

3. La familia como microsistema del niño: ¿es la violencia doméstica un factor de riesgo para su desarrollo?

Como primer punto, es importante establecer que cuando hablamos del “microsistema” del niño, nos estamos refiriendo a las relaciones entre el niño y su medio ambiente inmediato: la familia. Con el correr de los años, ésta ha sufrido grandes transformaciones.

“Se ha pasado de una familia extensa, viviendo dentro de un grupo social que desbordaba la familia, y donde los sujetos estaban en contacto con una pequeña comunidad dentro de la que mantenían lazos intensos, estrechos y continuos, a unidades familiares cada vez más reducidas y más aisladas, y donde el contacto con otros individuos está más regulado por factores externos que por las necesidades del individuo”.[4]

A pesar de estos cambios, los adultos continúan desempeñando un papel determinante en el desarrollo del niño ya que son, en gran medida, quienes estimulan y crean las condiciones para su desarrollo físico, intelectual y social.

Por esta razón, se debe prestar especial interés al conjunto de interacciones que se producen dentro del núcleo familiar para poder detectar aquellos factores que no estén contribuyendo al desarrollo armonioso del niño. Ahora bien, ¿cuáles son esos factores?

Según Garbarino, “el microsistema del niño se convierte en una fuente de riesgo para su desarrollo cuando es socialmente empobrecido. Es decir, el desarrollo del niño sufre siempre que el microsistema está limitado, ya sea porque hay muy pocos participantes o muy poca interacción recíproca, patrones de interacción psicológicamente destructivos, o alguna combinación de los tres”.[5]

Estos factores contribuyen a que se produzcan situaciones de violencia intrafamiliar, en donde el niño o niña se ve afectado.

Según definición de la Fundación PANIAMOR la violencia intrafamiliar es “cualquier acto u omisión llevado a cabo por miembros de la familia y cualquier condición resultante de estas acciones que priven a otros miembros de la familia de iguales derechos y libertades o que interfieran con su máximo desarrollo y libertad de elegir.

Es importante recordar que los padres que maltratan a sus hijos no siguen un patrón determinado. Sin embargo, existen ciertas características de los mismos que los hacen más vulnerables a tener conductas violentas con sus hijos.

A continuación se enumeran una serie de causales del maltrato infantil (clasificación no exhaustiva) al interior de las familias:

  • La negligencia: desprotección, descuido y/o abandono

  • Cambios en la estructura familiar: cuando se rompe el equilibrio del funcionamiento familiar se pueden dar casos de conductas violentas con los hijos.

  • Malos tratos como forma natural y habitual de relacionamiento. Barudy distingue cuatro situaciones en las que se generan situaciones de violencia intrafamiliar:

a. Carencia de los padres de cuidados maternales en su medio social y familiar durante su infancia

b. Carencia de los padres de una figura parental.

c. Carencias en la estructura familiar, alteraciones en la organización jerárquica de la familia.

d. Carencia de intercambios entre la familia y su entorno.

Los casos de abuso en niños y niñas, son 15 veces más probable de ocurrir en familias en las que la violencia familiar está presente.[6]

La violencia intrafamiliar hacia el menor, traducida en términos de abuso, de maltratos, tanto emocionales como físicos o sexuales, es una de las fuentes de riesgo más importantes para el desarrollo integral de niños y niñas.

Es difícil estimar con precisión sus costos personales y sociales, pero éstos se ven reflejados a través de problemas psicológicos, adicciones, suicidios, presencia de enfermedades recurrentes, ausentismo laboral, dificultades en la escuela y la falta de satisfacción de las necesidades, principalmente las afectivas.

4. Datos estadísticos

a. Algunas consideraciones

A la hora de recolectar información que nos permita comparar y analizar datos estadísticos sobre la real dimensión del problema a escala mundial, nos vemos enfrentados a una serie de problemas.

En primer lugar, la metodología utilizada para recolectar y analizar los datos difiere de país en país.

En segundo lugar, la información no siempre proviene del mismo organismo. En algunos países es el propio Estado el encargado de registrar casos de denuncias de maltrato infantil, mientras que en otros, dicha tarea se encuentra en manos de organizaciones no gubernamentales u organismos privados.

Por último, no todos los casos de maltratos son denunciados, muchas veces éstos son difíciles de detectar, ya que suelen tratarse de grupos que no mantienen contacto directo con servicios públicos o son escondidos en los espacios más íntimos de la convivencia familiar.

A pesar de esto, a través de datos recabados en algunos países a nivel mundial, se intentará dar un panorama global de la situación del maltrato infantil.

b. Estados Unidos en cifras[7]

El Centro Nacional de abuso y negligencia para con la infancia de los Estados Unidos (NCANDS) estimó que, según datos recogidos de 50 estados y el distrito de Columbia, en 1996, 1077 niños y niñas murieron a causa de abuso o negligencia, de éstos, un 77% tenía tres años o menos de edad.

En 1996, se reportaron en los distintos servicios públicos de protección a la infancia de Estados Unidos, 3 millones de casos de abuso o maltrato infantil. El 36% de éstos fueron confirmados y el resto no pudo verificarse a causa de falta de información sobre el niño, la familia o el supuesto abusador.

De los casos confirmados, el 52% correspondía a actos de negligencia, el 24% a maltrato físico, el 12% a abuso sexual, el 6% correspondía a abusos emocionales y un 3% referían a casos de negligencia médica. El restante 14% refería a “otros” tipos de maltrato como abandono, amenazas e intoxicación con drogas, entre otros.

En cuanto a las edades de las víctimas, se encontró que más de la mitad eran menores de 8 años. El siguiente cuadro indica los distintos porcentajes de víctimas de maltrato según edad.

Edad de la víctima

% de víctimas de maltrato

Menos de 1 año

6,7%

Entre 1 y 4 años

25%

Entre 5 y 11 años

41,6%

Entre 12 y 18 años

24,9%

El 77% de los casos de abuso y maltrato fueron perpetrados por los padres de la víctima. Un adicional 11% correspondió a parientes del niño o niña maltratado y tan sólo un 2% correspondía a otras personas relacionadas con el cuidado de los menores. El 10% restante de los perpetradores fueron clasificados como no relacionados al cuidado de los infantes (extraños, miembros del mantenimiento de la casa, amigos, vecinos, entre otros).

En promedio, según datos entre 1976 – 1993, ha habido un crecimiento anual del 9% en las denuncias de situaciones de maltrato. Esto es atribuido principalmente a una mayor sensibilización y concientización de la población sobre el fenómeno. Sin embargo, continúa siendo mucho mayor el número de víctimas que los casos que llegan a ser realmente denunciados.

c. Canadá en cifras

Los datos referentes a Canadá son sobre la base de la información publicada por el teléfono de ayuda a la infancia: “Kids Help Phone”.[8]

Este servicio tiene como objetivo dar a niños, niñas y jóvenes toda la información que necesiten para poder tomar sus propias decisiones, así como también, brindar ayuda en caso que sea necesario. Dicho servicio está disponible para toda Canadá las 24 horas del día, todos los días del año.

En 1999, la línea telefónica de ayuda a la infancia contestó llamados de casi 3 mil comunidades rurales y urbanas de todo Canadá.

domingo, 19 de septiembre de 2010

DI NO AL MALTRATO INFANTIL



Existen muchos modos de maltratar a un niño, y ninguno de ellos es aceptable. Con maltrato nos referimos tanto a los golpes físicos como a los emocionales. Pero también a temas como el abuso sexual o las situaciones de abandono. Si dejamos aparte el abuso sexual, cuyos hechos están estrictamente delimitados desde un punto de vista moral y legal, saber cuando se produce una situación de negligencia explícita por parte de los padres es muchas veces una tarea difícil. Podemos establecer que existe un maltrato físico cuando el niño recibe daños corporales que no son accidentales. Una bofetada aislada no es considerada una situación grave, un cachete tampoco… otra cosa es que sea un método pedagógico adecuado. Pero las bofetadas y cachetes continuados sí responden a una situación de castigo físico.

Los insultos, los rechazos, la indiferencia, la desatención, la represión o la hostilidad son también situaciones de maltrato, en este caso emocional. Si no tratamos a nuestros hijos como nos gustaría ser tratados a nosotros, estamos creando futuros adultos traumados y con dificultades para las relaciones sociales. Que, además, es muy probable que repitan los mismos esquemas que han aprendido en el ámbito familiar (su primera relación con el mundo). A veces los padres, a causa del estrés o el cansancio que conlleva llevar adelante una casa, pueden vehiculizar sus emociones negativas sobre los niños. También es probable que problemas internos reprimidos por parte de los progenitores se liberen sobre aquellos que menos culpa tienen.

Hay que tener en cuenta que lo que hoy consideramos maltrato hace años era una práctica normal. También es cierto que las sociedades evolucionan y las normas éticas y morales se modifican con el tiempo. Ya no es lícito que un profesional de la educación castigue o golpee a un alumno, como tampoco lo es que los niños trabajen. Para establecer las bases sobre las que debe reposar la infancia se creó La Declaración Universal de los Derechos del Niño, que establece una serie de pautas universales. Sin embargo, como todo lo que se escribe sobre un papel pero que no va acompañado de medidas sociales, las situaciones de maltrato se suceden día tras día. El trabajo infantil sigue existiendo y hay miles de niños no escolarizados.

Hay países en los que sigue existiendo el trabajo infantil

Sin embargo, no hace falta ir muy lejos para poder constatar este hecho. En nuestro país rara es la semana que no nos despertamos con algún nuevo caso de pederastia, de abandono o de malos tratos. Sin contar con los niños que viven situaciones hostiles difíciles evitar, donde la frontera entre el maltrato y la disciplina se diluye. Asimismo, las situaciones de estrés emocional y de miedo son más comunes de lo que nos gustaría pensar. Por todo ello, dí no al maltrato infantil y denuncia cualquier situación de vejación de la que seas testigo. Existe también un teléfono del menor al cual recurrir, donde los niños pueden llamar con tal de recibir ayuda ante cualquier síntoma

Insólitos casos de maltrato infantil en Colombia

En Barranquilla la niña de 15 meses que el pasado fin de semana recibió una fuerte golpiza de su padrastro quedó en estado de coma. El cuerpo médico del hospital pediátrico de Barranquilla informaron que aunque la menor está conectada a un respirador ya no se puede hacer nada para sacarla de ese estado.

De otro lado en Cali una niña de 10 meses falleció intoxicada con un "menjurje" que le suministró un yerbatero en zona rural del municipio de Dagua, al occidente del Valle del Cauca.

La menor, quien fue atendida en el hospital Universitario del Valle y luego en la clínica Rafael Uribe, del Seguro Social, donde luego de ocho dias falleció presentaba múltiples complicaciones hepáticas, renales y cardíacas.

Según la versión de su madre, Sandra Lorena Ortega, una humilde habitante de la vereda "El Agrado", la llevaron hasta donde el curandero porque padecía de diarrea y gripe.

El sujeto se encerró con la niña y le suministró externamente una pócima cuyos componentes pudieron ser alcohol de lámpara, azufre , alquitrán y otro elemento desconocido, según un informe médico preliminar.

En medicina legal confirmaron que la muerte fue por intoxicación lo que movilizó a la Fiscalía que capturó en Dagua al yerbatero para que explique el procedimiento.

Las autoridades médicas en el Valle llamaron la atención de los padres de familia para que eviten el mal trato entre la población infantil y acudan a la atención profesional de sus hijos.

Niña de once años en embarazo, queda an manos del ICBF

En Medellín a través de su centro zonal número tres en Medellín, la regional del Bienestar Familiar en Antioquia asumió las investigaciones y la protección de la niña de once años, madre de un bebé de un año, y de nuevo en embarazo.

La dirección regional del Bienestar y el Hospital General, donde se encuentra la menor, iniciaron las acciones legales que permitan esa protección y atención, como también el contacto con sus familiares para establecer los antecedentes de esta situación .

La directora del Bienestar Familiar en Antioquia, Magnolia Giraldo, explicó que con la Defensoría de Familia y la Fiscalía de la Nación también se emprenderá la correspondiente investigación para determinar responsabilidades penales de este caso, toda vez que se tipifica el delito de relación sexual con menor de catorce años.

La niña-madre no ha revelado el nombre del padre de sus hijos, y según el Bienestar, el primer hijo lo tuvo en condiciones de indigencia porque al parecer vivió algún tiempo en la calle, y cuando regresó a la casa ya estaba embarazada de nuevo.

Según las primeras informaciones obtenidas, el autor de este segundo embarazo sería un hombre de 40 años, pero las autoridades tratan de ubicar mediante investigaciones en el entorno que frecuentaba la menor.

El caso de la niña de Medellín es aberrante, dice la Defensoría del Pueblo.

La Defensoría del Pueblo calificó de aberrante el caso de la niña de diez años que se encuentra en un hospital de Medellín a la espera de que nazca su segundo hijo.

El Defensor encargado, Darío Mejía, advirtió que esa situación demuestra que los programas de promoción y prevención sobre salud sexual y reproductiva del gobierno son totalmente nulos "en encuestas que ha adelantado la institución demuestra la casi nula existencia de reales programas de prevención para adolescentes, lo que hace que también se pierda la unidad familiar y la corresponsabilidad social de los padres con sus hijos".

Señala que el gobierno no le presta atención a los temas sociales y familiares que llevan a que se presenten estos casos denigrantes para la sociedad colombiana, "es Preocupante y debería hacerse un verdadero énfasis pedagógico, campañas unificadas de educación por parte de alcaldías y gobernaciones, no que cada una tome por su cuenta, por ejemplo, lo del uso del condon, como si fuera una feria de quien presiona más".

Mejía indicó que no se ha hecho una verificación a fondo de las fallas de los programas estatales en materia de educación sexual, "no se verifica el control de resultados ni positivos, ni negativos, o si en realidad se están dando. La población está expuesta a que sucedan pequeñas y grandes tragedias por simple falta de educación".

Sostuvo que el Bienestar Familiar debe reforzar los programas de prevención para padres, y la justicia de aumentar los castigo severos a aquellos que permitan situaciones de riesgo para los menores de edad.

domingo, 25 de julio de 2010

Maltrato fetal:
expresión clínica el recién nacido e madres víctimas de violencia física durante l embarazo
Acta Pediatr Méx 2007; 28(4) : 131-135

Resumen

Antecedentes: Un menor puede ser víctima de una o varias formas de agresión; entre éstas se encuentran el abuso o negligencia fetal, problema en el que entran en juego cuestiones de carácter ético, social y legal durante la gestación. La violencia contra las mujeres embarazadas conlleva diversos peligros que elevan la morbimortalidad materno-infantil, lo que limita su derecho a nacer sano.

Material y Método: El estudio incluyó 191 binomios madre-hijo atendidos en el Hospital General de Iztapalapa de agosto a noviembre del 2006. El peso y talla se anotaron y se tomaron en cuenta las tablas de Lubchenco. La edad gestacional se estableció por el método de Capurro. Se identificó violencia física durante el embarazo con la aplicación del cuestionario utilizado en la Encuesta Nacional de Violencia Contra las Mujeres 2003.

Resultado: Hubo violencia física contra la mujer embarazada en diez casos (5%). No hubo partos prematuros. Los recién nacidos tuvieron un peso promedio de 3,400 g, talla promedio de 50 cm.

Conclusión: Se ha señalado que la frecuencia de violencia física durante el embarazo hacia la futura madre va del 0.9 al 33.5%. En este estudio, debido al momento emocional de la madre en que fue obtenida la información, permitió identificar los efectos de la violencia, lo que sugiere la necesidad de considerar otras variables al momento de la entrevista.





Maltrato y embarazo

El maltrato suele empeorar durante el embarazo.

El maltrato o abuso puede ser:
  • Sexual
  • Físico: cuando su pareja la golpea, le da patadas o la empuja
  • Emocional: cuando su pareja le grita, la asusta o la insulta
Vivir en una relación abusiva puede causarle daño a usted y a su bebé. Su bebé podría sufrir lesiones físicas o usted podría tener un aborto espontáneo o un parto prematuro.

Si es víctima de abusos, debe saber que no está sola. Casi un tercio de las mujeres estadounidenses (31 por ciento) denuncian episodios de maltrato físico o sexual por parte de su marido o novio en algún momento de su vida.

Si usted está en una relación en la que corre peligro de ser lastimada, busque ayuda. Llame a una línea de emergencia o pida a su médico o a otra persona de confianza que le ayude a hacer un plan. Es posible que sienta mucho miedo al pensar en marcharse, pero debe hacerlo por su bien y por el bien de su bebé.

Consecuencias físicas de la violencia doméstica durante el embarazo, por:
(“Abuse of Pregnant Women and Adverse Birth Outcome.”
Journal of the American Medical
Association, 267:1992).

· Aumento de peso insuficiente
· Infecciones vaginales, cervicales o renales
· Sangrado vaginal
· Trauma abdominal
· Hemorragia
· Exacerbación de enfermedades crónicas
· Complicaciones durante el parto
· Retraso en el cuidado prenatal
· Aborto espontáneo
· Bajo peso al nacer
· Ruptura de membranas
· Placenta previa
· Infección uterina
· Magulladuras del feto, fracturas y hematomas
· Muerte